La nuez mágica
A pesar de que en la cocina española su uso es casi insignificante en la actualidad, la nuez moscada sigue manteniendo en gastronomías muy diversas la importancia que llegó a adquirir como afamada especia durante la Edad Media, cuando era un producto extremadamente costoso cuyo comercio se disputaban las principales potencias mundiales. Se trata de la simiente de un árbol propio de climas tropicales, que suele emplearse pulverizada con fines culinarios. Dicha semilla está cubierta por una fina capa de color rojizo, que una vez seca también se utiliza como especia tras ser rallada y a la que se conoce con el nombre de macis. Aunque el uso de esta última es más minoritario que el de la anterior, a su sabor característico añade la pigmentación rojiza que proporciona a los platos, lo que la hace ser aún más apreciada por expertos cocineros a lo largo y ancho del globo.
La plantación de la nuez moscada con fines comerciales se lleva a cabo en diferentes lugares del Planeta, pero siempre con la denominación común de un clima caluroso y húmedo. El principal productor mundial en la actualidad es Indonesia, seguido a no demasiada distancia por el estado de Granada, de un tamaño a todas luces inferior y donde constituye un elemento vital en su economía. De su importancia para estos granadinos caribeños da idea la representación simbólica de una vaina de esta nuez en un lateral de la actual enseña nacional, aunque en la versión precedente aparecía en el punto central y preponderante de la bandera. Y a pesar de que el turismo ha desplazado un tanto su cultivo a un segundo plano, la semilla de esta planta mantiene aún innumerables y casi inimaginables aplicaciones en estas islas.
De ella se extraen aceites esenciales, que son usados tanto en perfumería como en la industria farmacéutica, donde se añaden como aditivos a dentífricos o jarabes. También se produce una especie de mantequilla, que se emplea para cocinar, y un aceite, habitualmente dedicado a fines industriales. Por supuesto, no puede faltar en diversas bebidas, bien sean refrescos o incluso un licor, que no me resistí a probar durante nuestra estancia en Granada y cuyo sabor me resultó agradable. Pero donde realmente destaca es en su tradicional utilización como especia, dando un toque de sabor a la mayoría de los platos típicos del país. Sin olvidar algunos postres y hasta un helado de nuez moscada, especialidad en numerosos restaurantes y que suele resultar un excelente complemento a las delicias gastronómicas locales.
Una mañana, mientras me disponía a subir a la furgoneta en la que íbamos a desplazarnos por el territorio granadino, un mal movimiento me provocó una contractura en la espalda, que rápidamente se dejó notar en forma de dolor intenso. Intenté resistir como pude, pero la posición y el traqueteo del vehículo por aquellas estrechas carreteras, siempre llenas de curvas, hizo ver a nuestro conductor que no me encontraba del todo bien, por lo que me propuso comprar lo que denominó un spray de nuez moscada. Poco conocedor de las costumbres locales aún, debí parecer un tanto atónito pero pronto me convencí de que lo decía totalmente en serio. Paramos pues para adquirir el vaporizador, que desprendía un olor penetrante similar a los medicamentos usados para tratar problemas musculares, y debo admitir que me alivió lo suficiente para aguantar un arduo día de visitas por la isla.
Por si no era suficiente con tanta variedad de aplicaciones, esta nuez casi mágica presenta además una peculiaridad no demasiado conocida, quizás para bien en este caso. Se trata de sus propiedades alucinógenas, que en dosis altas llevan a su consumidor a un estado de euforia acompañado de satisfactorias sensaciones, como han reportado testimonios diversos. Por desgracia, este estado puede alargarse durante días y frecuentemente llega acompañado de reacciones secundarias no del todo agradables, como náuseas y convulsiones. Puede deberse a ello el que este uso de la nuez moscada no esté demasiado extendido, ya que incluso han llegado a producirse fallecimientos tras su ingestión en cantidades muy elevadas. Aplíquesele pues aquella sentencia, tan acertada y correcta en todos los ámbitos, que aseguraba que lo bueno, si breve, duplica su bondad.
Genial blog!! Entrada muy curiosa y didáctica!
Muchas gracias por tus palabras. Me alegra que te guste el blog y esta entrada dedicada a una especia no muy conocida por estos lares.