Apenas diez kilómetros cuadrados de superficie le sirven a La Digue para ser la cuarta isla más grande de Seychelles en extensión. Sus menos de tres mil habitantes la colocan en el tercer lugar de este archipiélago del Océano Índico por población. Debe su nombre a una embarcación de los expedicionarios franceses que llegaron a su territorio a mediados del siglo XVIII, seguidos poco después por colonizadores de la misma nacionalidad acompañados por sus esclavos africanos. Hasta hace relativamente poco tiempo los vehículos a motor estaban prohibidos en la isla y en la actualidad la bicicleta sigue siendo el medio de locomoción favorito entre sus habitantes. El tradicional aislamiento de Seychelles hace que su diminuto territorio existan diversos endemismos, aunque los habitantes más conocidos de La Digue sean las tortugas gigantes procedentes del vecino atolón de Aldabra. Pero si en algo destaca este islote es, sin duda, por sus playas de inusual belleza, entre las que hay que mencionar a la famosa Anse Source d’Argent, para muchos la más bonita del mundo.