Comienza la cuenta atrás para Maria Teresa Trilla. Viajera empedernida, a pesar de haber descubierto algo tarde su vocación, Maria Teresa lleva más de treinta años recorriendo el mundo a lo largo y a lo ancho. Gran conocedora de numerosos destinos tanto lejanos como cercanos, transmitía sus experiencias en el blog Apuntes de viajes, lamentablemente desaparecido desde hace un tiempo. Y si como viajera cuenta con mi admiración desde hace años, como persona le tengo un mayor respeto aún, me parece simplemente entrañable. Con ustedes, Maria Teresa Trilla.

10. El viajero, ¿nace o se hace?

Creo que la genética nos confiere unas características que nos hace más propensos a ser de una determinada manera, a tener una serie de inquietudes y a desarrollar unas actividades y aficiones más que otras. Si una persona es inquieta, curiosa y siente una necesidad constante de aprender, tiene altas probabilidades de que algún día se le despierte la neurona viajera y creo que así fue en mi caso. Empecé a viajar cuando acabé los estudios universitarios, antes ni me lo había planteado, era impensable por varios motivos pero básicamente porque no existían las facilidades actuales. Yo no era de las que miraba mapas soñando destinos lejanos y me aburrían bastante la Geografía, la Historia, el Arte mientras disfrutaba con las matemáticas o la química. De viaje de final de carrera nos fuimos en autocar a Alemania, viaje financiado por el Gobierno de aquel país y además de visitar importantes industrias químicas y algunas Universidades germanas tuvimos la oportunidad de conocer Heidelberg, Frankfurt, Múnich o los Castillos del Rhin entre otros. Esto fue en 1984 y creo que a partir de entonces nunca volví a ser la misma, aquel viaje despertó en mí una necesidad casi adictiva de descubrir, ver, experimentar. Progresivamente empecé a interesarme en la Historia, la Geografía, la Antropología, la Arquitectura y el Arte en general y me di cuenta de que había una manera de aprender que me fascinaba. Resumiendo, supongo que nací viajera pero no lo supe hasta que un hecho concreto inició la reacción en cadena.

9. ¿Vives para viajar o viajas para vivir?

Viajo para vivir y trabajo para viajar. Viajar forma parte de mi vida porque es mi pasión y mi afición y me gustaría hacerlo mientras pueda o mientras me apetezca. No sé lo que me depara el futuro y si habrá alguna circunstancia que trunque esta ilusión pero confío que los dioses se porten bien y trabajo y ahorro para que cuando me jubile nada me impida seguir viajando al mismo ritmo o más, porque entonces no habrá límite de tiempo.

8. Si alguna vez te pierdes, ¿dónde no deberíamos buscarte?

Los destinos terrenales me atraen casi todos pero aunque en un futuro fuera más asequible viajar al espacio, allí no me busquéis. Necesito ver montañas, árboles, agua, flores… y aquello de allá arriba parece muy inhóspito, aunque quién sabe.

Si hay algunos lugares que me atraen menos supongo que es más bien por desconocimiento ya que cuando empiezo a leer y a informarme sobre un destino que en principio ni fu ni fa siempre acabo apuntándolo en la lista.

De todas formas, hoy por hoy no viajaría a ningún país con conflictos bélicos como Afganistán, Irak o Siria aunque tengo la esperanza de que algún día no muy lejano podrán volver a vivir en paz y me encantaría ser testigo de ello.

Los cruceros o destinos playeros de sombrilla y tumbona, no digo que nunca jamás pero los dejo para cuando el cuerpo no me pida tanto trote o para cuando disponga de más días de vacaciones.

Igual que tú, en Las Vegas tampoco creo que vaya a perderme, estuve en Macao y aunque su parte colonial me encantó, la zona de casinos me pareció horrible. Detesto el lujo entendido como ostentación chabacana y estos lugares representan para mí el máximo exponente.

7. Dicen que la cabra tira al monte…y tú, ¿para donde tiras?

Pues igual que las cabras, para el monte. Prefiero la montaña a la playa, pero el viaje ideal es el que combina paisaje, fauna, visitas culturales y si hay uno o dos días de playa también me va, pero necesito complementarlos con algo más.

Me quedo con los viajes en los que predomina la naturaleza, me siento feliz en las zonas rurales y me agobian bastante las grandes ciudades aunque me gusta también visitarlas.

6. Alguien dijo que para conocer de verdad a una persona es necesario haber viajado con ella. ¿Viajar con tu familia te ha servido para conocerlos mejor?

En nuestro caso no creo que sea así, es cierto que los viajes nos dan la oportunidad de pasar las 24 horas del día juntos, por lo tanto hay más momentos para hablar y para dedicarnos el tiempo que durante el resto del año es difícil encontrar, pero creo que el estado de excitación y euforia que nos envuelve mientras estamos de viaje es también una falsa realidad.

A las personas las conoces bien viviendo las situaciones del día a día, resolviendo problemas, discutiendo, compartiendo éxitos y fracasos y los viajes son tan sólo una pequeña parte de este microcosmos familiar.

5. ¿Crees que los prejuicios que suelen acompañar a quien no sale de su tierra se curan viajando? ¿O por el contrario el hecho de viajar los reafirma?

Hay muchas maneras de viajar y estoy segura de que para algunos se trata simplemente de un mero hecho de desplazarse de un lugar a otro con la única finalidad de ver algo concreto o ni siquiera esto, sin necesidad ni interés alguno en abrir la mente.

Dejando de lado estos casos aislados yo sí creo que viajar cura muchos prejuicios y desmonta muchísimos tópicos. Al fin y al cabo, por muy distintos que parezcamos, por muy lejana que imaginemos una cultura, a nivel individual no somos tan distintos. La mayoría de individuos valoramos las mismas cosas, nos gusta pasar un día de fiesta con la familia o con los amigos, celebramos las ocasiones especiales comiendo y bebiendo, comprendemos el lenguaje de las sonrisas y los gestos, nos preocupamos por el futuro de nuestros hijos y trabajamos para ganarnos la vida.

4. ¿Estás de acuerdo con quien afirmó que viajar, como todas las drogas, requiere un aumento constante de la dosis?

Totalmente de acuerdo, el problema es que por mucho que se quiera aumentar la dosis, los días de vacaciones son los que son. Intento planificar bien para sacar el máximo provecho de los puentes y nunca malgasto un día de vacaciones que no sea para viajar. Mi cabeza está siempre dando vueltas a posibles destinos y cualquier rato libre que tengo lo dedico a buscar información, o a hacer cualquier cosa relacionada con viajes pasados o futuros, ya sea escribir el blog, mirar fotos, leer revistas… No sé si sólo me pasa a mí pero cada vez que entro en una librería de Barcelona especializada en viajes me da taquicardia, menos mal que ahora voy poco.

3. ¿Qué opinas de esas agrupaciones de blogueros de viaje con nombre tan anglosajón y cuyos miembros en buena parte desconocen la lengua de Shakespeare?

Pues supongo que se busca un nombre que suene bien y que venda, tanto en este sector como en cualquiera y parece que un nombre inglés da una proyección más internacional. Imagina una agrupación que se llamara «los viajes de la peña»… queda poco serio, ¿no crees?.

2. ¿Venderías tu integridad bloguera por un plato de lentejas? Por ejemplo, hablando maravillas de sitios que desconoces o a los que nunca viajarías a cambio de plaza en un blogtrip

Nunca me he propuesto enfocar el blog de una forma profesional, para mí es una distracción y me gusta hacerlo sin ataduras ni corsés de ningún tipo y creo que si lo hiciera perdería esa libertad. Los blogtrips no me atraen, primero porque tengo poco tiempo libre, pocos días disponibles y como tal, prefiero escoger yo los destinos y organizarme los fines de semana a mi manera. Para serte sincera, nunca me han invitado a un blogtrip pero sí a disfrutar de ciertos complejos hoteleros y me han propuesto distintas colaboraciones remuneradas pero ¿qué necesidad tengo yo de complicarme la vida? Si a mí lo que me gusta es viajar, coleccionar miles de fotos, mirarlas y volverlas a mirar, soñar con destinos y escribir el blog por puro placer. Las estadísticas, las técnicas SEO, y todo este mundo para mí no tiene ningún interés, lo encuentro muy aburrido, es que me da absolutamente igual, te lo digo sinceramente.

Volviendo a la pregunta, en mi situación actual no me vendería por un plato de lentejas, de esto estoy completamente segura, pero si tuviera 20 ó 30 años menos, estuviera sin trabajo o con un sueldo precario o simplemente quisiera sacarme algún dinerillo más, quizás me lo plantearía, ¿por qué no? La gente tiene que ganarse la vida, los tiempos cambian, los horizontes se amplían y hoy en día existen unas herramientas estupendas al alcance de todos de tal manera que los más listos saben aprovecharlas bien. De todas formas detesto las cosas poco claras y creo que los lectores de un blog deberían saber siempre si detrás de una opinión o recomendación hay un interés comercial, simplemente para poder valorar la información de una manera u otra.

1. Hace poco leí a alguien que afirmaba que algunos blogs de viaje se están acercando tanto al sol que se están empezando a quemar. ¿Crees que un exceso de patrocinio y de blogtrips va en detrimento de la calidad del contenido?

Como en todos los negocios y proyectos, cuando baje el soufflé sólo quedarán los mejores profesionales. Creo que los blogs que destaquen por su calidad y sepan mantener unos buenos contenidos con gente detrás formada y preparada, seguirán teniendo buenas oportunidades sin necesidad de caer en el exceso de patrocinio.

En cuanto a los blogtrips, quiero pensar que también se irán poniendo las cosas en su sitio ya que tal como están planteados hoy en día no les encuentro demasiado sentido.

0. Para terminar la cuenta atrás y comenzar el viaje, indícanos tus cinco lugares que todo el mundo debería visitar antes de morir

Para el final de la entrevista dejas la pregunta más difícil y para mí imposible de responder porque son muchos más de cinco. Pero ya que tengo que hacerlo te diré

1-Parques Nacionales de las Rocosas en Canadá
2-Japón
3-Parques Nacionales de Sudáfrica
4-Tikal en Guatemala
5-Cataratas de Iguazú

Después de escribirlo me he dado cuenta de que no he puesto ningún lugar de Europa y me siento mal porque pienso en tantos lugares que me han robado el corazón en Italia, Francia, Alemania, Eslovenia, Países Nórdicos, Bulgaria, Macedonia, Grecia …

Al ritmo que llevas me temo que pronto no te quedará más remedio que visitar el espacio, Maria Teresa. Y seguro que encuentras algo interesante por allí.