Comienza la cuenta atrás para Cristina Rodríguez. Trotamundos desde su más tierna infancia, bien sea con sus padres, con sus amigos o con su propia familia, Cristina es toda una apasionada de los viajes. Siempre interesada en el perfil artístico de sus destinos, intenta viajar de manera lenta, sin prisa pero sin pausa, sacando todo el jugo posible a los lugares que visita. Su blog Ida y Vuelta ya es toda una referencia en el sector, especialmente para los interesados en el aspecto patrimonial del viaje. Personalmente, tuve la oportunidad de saludarla y charlar con ella durante un par de minutos en una conocida feria de turismo. Dicen que la primera impresión es la que cuenta y para mí tan escaso lapso de tiempo fue suficiente para darme cuenta de su sabiduría, su sensatez y, especialmente, su sentido común, ese bien que tanto se echa en falta entre los blogueros de viaje españoles. Con ustedes, Cristina Rodríguez.

10. El viajero, ¿nace o se hace?

Pues creo que en principio nace. Uno es curioso por naturaleza y desea conocer más y más lugares como algo inevitable que sale de dentro. Aunque también hay personas que con los años va apreciando el salir a conocer lugares más o menos cercanos; así que me quedo con las dos opciones.

9. ¿Vives para viajar o viajas para vivir?

Viajar me hace sentir viva. Es de las experiencias más satisfactorias de mi vida y, recientemente, en un bache de salud sentía sobre todo no poder hacer el viaje planeado y no saber cuándo lo podría llevar a cabo. Esa sensación de «pérdida viajera» me hizo llorar (se lo decía a los médicos: «suena frívolo pero es que yo tenía un viaje planeado y ahora….»). En fin, todo llega; es mejor parar cuando te dicen y luego seguir viajando.

8. Si alguna vez te pierdes, ¿dónde no deberíamos buscarte?

No me busquéis en Providence (capital del estado de Rhode Island en EEUU). Supongo que fue el día que estuve por allí en visita relámpago pero…¡qué rollo de lugar! No vuelvo ni loca.

7. Dicen que la cabra tira al monte…y tú, ¿para donde tiras?

Yo tiro a todo lo que tenga componente cultural. No lo puedo evitar; desde muy niña viajaba para conocer sitios, ver monumentos etc. Y luego ya siendo historiadora del arte, con más motivo. Y si tengo que tirar…pues a Italia de cabeza.

6. ¿Estás de acuerdo con quien afirmó que viajar, como todas las drogas, requiere un aumento constante de la dosis?

Pues sí. Esa sensación de llegar y pensar en el siguiente aumenta con los los años. ¡Qué se le va a hacer!

5. ¿Crees que los prejuicios que suelen acompañar a quien no sale de su tierra se curan viajando? ¿O por el contrario el hecho de viajar los reafirma?

Creo que sí, se pueden curar viajando. Aunque está el típico personaje que pasa por los sitios pero los sitios no pasan por él. No puedo con la gente que sale de casa para compararlo todo con casa…¡para eso no salgas y te ahorras un dinerito! Asimismo creo que hay formas de matar prejuicios que no incluyen el viajar (conversar con gente diversa, leer, escuchar música etc.). El viaje es quizás el modo más global de vencer los prejuicios y abrir la mente.

4. Me consta que eres una gran repetidora, ¿hay algún destino de los que has visitado que no repetirías?

Providence, de nuevo (pobre ciudad, me pilló torcida).

3. ¿Consideras el hecho de viajar un aspecto importante en la educación de tu hijo?

Fundamental. Mientras uno lo pueda hacer es de las mejores herencias que se pueden dejar a los peques. Abre la mente, aprenden geografía, visitan espacios culturales distintos, conocen el cansancio del viajero, oyen otros idiomas, valoran lo que tienen….Hay muchas más lecciones en un solo viaje que en dos meses de colegio.

2. ¿Qué opinas de esas asociaciones de viajeros de nombre tan anglosajón y cuyos miembros en buena parte desconocen la lengua de Shakespeare?

Ja, ja. Bueno, la gente se asocia con diversos fines (más o menos visibles). Bien están si redundan a favor de todos los miembros. Otra cosa es cuando el trato no es igual para todos. La unión hace la fuerza, pero la de todos…¡Ah! olvidaba que siempre ha habido clases. Ja, ja…

1. Una que no me resisto a hacerte: ¿Qué está más cerca del cielo, la Plaza de San Marcos de Venecia o la Plaza Mayor de Salamanca?

Salamanca por goleada. Aún con los tunos dando la matraca, las hordas de turistas en el suelo y los múltiples escenarios plantados por el ayuntamiento de turno. Ambos son dos espacios únicos pero es que además en la de Salamanca tenemos doble cielo, el de arriba y el de Fernando Gallego en el Patio de Escuelas Menores. ¡Y a eso no nos gana la Serenísima!

0. Para terminar la cuenta atrás y comenzar el viaje, indícanos tus cinco lugares que todo el mundo debería visitar antes de morir

Las Cataratas de Iguazú que cortan la respiración de tanta belleza; los paisajes de las Highlands escocesas con una melancolía única; el Duomo de Florencia, sobre todo cuando se descubre por primera vez; la Capilla Sixtina (ay, si no hubiera tanto turista) y mi Salamanca sobre todo a la luz del atardecer.

Se nota que has estado mucho tiempo pasando por los sitios y que los sitios han pasado por ti. Espero que sigas haciéndolo en el futuro.