Konya (por Jorge Sánchez)
He viajado en dos ocasiones a Konya; una en 1988 (para presenciar el festival de los derviches giratorios) y la segunda en 2015, aunque todavía hoy no estoy del todo seguro si visité como Dios manda lo que UNESCO describe como «capital de la civilización selyúcida», incluyendo una mezquita llamada Alaeddin, la madrasa Sirçali y la fortaleza, sitios que visité furtivamente, de pasada, pues mi objetivo en ir a Konya era presenciar las danzas de los derviches en el antiguo tekke de Mevlana el cual no está contemplado por UNESCO, a pesar de que es el sitio más emblemático de la ciudad, además de bello, pues su torre con azulejos de color turquesa es una maravilla.
Otro enigma fue al entrar en el museo de Mevlana para ver la tumba de Jalal al-Din Rumi, cuando me encontré con una placa afirmando que me encontraba en un sitio UNESCO llamado «Sitio neolítico de Çatalhöyük». Sin embargo, había leído que las ruinas de este sitio neolítico se hallaban a unos 40 kilómetros de Konya. Sea como fuere, haya visitado lo que fuese, lo único cierto es que disfruté mi visita en Konya, cuente como un sitio de la lista indicativa o como un Patrimonio Mundial de todo derecho. Y, para rizar más el rizo, las danzas de los derviches en Konya están incluidas en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de UNESCO como «El Sema, ceremonia mevlevi«. O sea, que uno se puede apuntar la visita a Konya por partida triple en tres listas diferentes.
En el 2015 la ciudad de Konya la encontré muy cambiada comparada con mi primera visita en 1988. Había modernos tranvías y me pareció que tenía mucha más población. El museo de Mevlana es, probablemente, la atracción turística número uno de la ciudad, y siempre estaba llena de extranjeros y turcos venidos de otras partes del país, todos descalzos, todos con semblantes circunspectos para rendir pleitesía al gran maestro sufí. Fotografié la placa de UNESCO, además de las figuras de los derviches practicando el Sema, o acuclillados alrededor de una mesa tomando un té frente al sheikh, con un sombrero en forma de dedal gigante. Tras mi segunda visita a Konya (la antigua Iconium), me marché en tren a Tarso para visitar el pozo de San Pablo (otro sitio indicativo de UNESCO).