Apenas con un kilómetro cuadrado de superficie cuenta la isla de Trogir, islote que supuso el germen a partir del cual se desarrolló esta localidad croata. Ocurría esto aproximadamente en el siglo XI, cuando la población comenzó a adquirir su aspecto actual, aunque ya anteriormente la zona había estado habitada por griegos y romanos. La islita está situada entre tierra firme, con la que se comunica mediante un puente, y la más grande isla de Čiovo, a la que está unida por medio de otro. En ella se encuentran las construcciones más destacadas de la ciudad, entre las que sobresalen la fortaleza Kamerlengo, edificada por los venecianos en el siglo XIII; la fortaleza de San Marcos, obra también veneciana, en este caso del siglo XV; la catedral de San Lorenzo, que empezó a construirse en el siglo XII aunque los trabajos se prolongaron cuatro siglos; y una curiosa torre del reloj, que sirvió como campanario de la antigua iglesia de San Sebastián en el pasado.