Aunque su fecha exacta de construcción no está clara, pudiendo ser encuadrado en tiempos mozárabes o ya puramente románicos, se tiene constancia de la existencia de este templo al menos desde mediados del siglo XI. Formó parte del monasterio de San Úrbez y San Miguel, situado en la localidad de Basarán, y su advocación estaba dedicada al Salvador. Tras el completo abandono de la población, fue trasladado a mediados de la década de los setenta del siglo XX a su actual emplazamiento, junto a la estación de esquí de Formigal. Estructuralmente, consta de una nave principal yuxtapuesta a otra de dimensiones más reducidas, que se usa como sacristía. Ambas están rematadas por sendos ábsides, de diseño característico del románico serrablés. Tanto la torre como el pórtico de entrada no formaban parte del templo original y le fueron añadidos tras el traslado a su nueva ubicación.