Localizada a unos mil trescientos metros de altitud, en las afueras de la localidad leridana de Barruera, la iglesia de San Félix responde a las características del románico lombardo catalán. A pesar de que probablemente fue construido en el siglo XI, el templo sufrió reformas posteriores pero mantiene la imagen arquetípica de las iglesias del valle de Boí. Comprende una sola nave dividida en tres tramos y rematada por un ábside de similar diseño al resto del templo, al que se añadió otro semicircular posteriormente. Cubierta por un tejado de pizarra, su interior cobija una valiosa talla del siglo XIII que representa a Cristo crucificado.