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Más conocida localmente como Iglesia Roja, la iglesia de los Santos Simón y Elena está situada en la plaza de la Independencia de Minsk. Edificada en estilo neorrománico a comienzos del siglo XX, debe su denominación popular al hecho de estar construida enteramente en ladrillo de esa tonalidad. Fue encargada por un terrateniente polaco, que la dedicó a esta advocación por ser Simón y Elena los nombres de sus hijos fallecidos. Tras convertirse Minsk en la capital de Bielorrusia, el templo fue saqueado por las tropas soviéticas y más adelante secularizado. Posteriormente sirvió como teatro, cine y fue dedicado a otros usos. Ya en la última década del siglo XX fue devuelto a la Iglesia Católica tras una huelga de hambre iniciada por dos activistas y las celebraciones religiosas fueron retomadas. En la actualidad, los restos de su fundador, obligado al exilio por los soviéticos, descansan en su interior.