Fue un párroco de la localidad de Bârsana llamado Ioan Ștefanca quien, ayudado por los vecinos del pueblo, construyó la iglesia de la Presentación de la Virgen en el Templo. Ocurría esto en los primeros años del siglo XVIII y la razón subyacente para su edificación fue agradecer la finalización de una plaga que había diezmado la población poco antes. Fabricada en madera a la manera habitual de los templos de Maramureș en la época, fue trasladada desde su situación original en dos ocasiones, hasta quedar en su ubicación actual a finales del siglo XVIII. Poco después se le hicieron algunas reformas, entre ellas el añadido del porche. También a comienzos del siglo XIX se decoró su interior con extraordinarias pinturas murales, obra del artista Toader Hodor, que representan escenas de la Coronación de la Virgen y el Juicio Final.