Se conoce como Casco Antiguo a uno de los barrios de la ciudad de Huesca, que, como se deduce de su nombre, coincide con el centro histórico de la población. Fue ésta fundada por los íberos, que la denominaban Bolskan, y debió alcanzar cierta entidad en esa época, pues acuñaba moneda propia. Tomada por los romanos a comienzos del siglo II a.C. le fue cambiado el nombre a Osca, que derivó a su denominación actual. Alcanzó el obispado bajo dominio visigodo y más adelante pasó a manos musulmanas, en las que se mantuvo hasta finales del siglo XI. Poco patrimonio nos ha llegado de esta época, salvo un tramo de la muralla que rodeaba la ciudad, con tan solo una torre del centenar que se cree llegó a tener. Ya en el siglo XII se construyó el monasterio de San Pedro el Viejo, del que han pervivido diversas trazas, que incluyen un magnífico claustro. De la misma época es la iglesia de San Miguel, que destaca por su torre románica. La catedral es una obra gótica del siglo XIII, aunque se dio por concluida ya en el siglo XVI. Por su parte, la basílica de San Lorenzo es de época barroca. De tiempos más recientes hay que mencionar el puente de San Miguel, situado junto a la iglesia homónima, y el edificio que acoge a Ultramarinos La Confianza, tienda de productos alimentarios más antigua de España. En la actualidad, Huesca es la segunda localidad de Aragón en número de habitantes y en su economía cobra una gran importancia el sector primario, con numerosos cultivos agrícolas en sus alrededores.