Hué (por Jorge Sánchez)
Tras casi dos días de viaje en autobús desde Ho Chi Minh (la antigua Saigón) llegué a Hué y me instalé en un hostal céntrico. Era el año 1997 y todavía no había muchos turistas en Vietnam. Ese primer día en Hué me dediqué a visitar a pie la parte central de la ciudad, es decir, la ciudadela con la ciudad imperial, más algunos templos contiguos y un par de tumbas imperiales. Quedé impactado por la belleza y delicadeza del lugar. Lo único que me afligía fue saber que los estadounidenses, durante la Guerra de Vietnam, bombardearon a lo bestia, sin piedad, la frágil ciudad de Hué, y muchos edificios de valor histórico incalculable fueron destruidos para siempre jamás, aparte de los muertos y heridos inocentes que se produjeron entre la población civil.
Vietnam se compone de tres partes históricas; al sur está Cochinchina, con su capital Ho Chi Minh; al norte queda Tonkín, con su capital Hanoi; y el centro lo constituye Annam, con su capital Hué. Pero lo mejor llegó el segundo día cuando me inscribí en una larga excursión por el río de los perfumes, o Río Perfumes (Perfumes River, decía el folleto en inglés), junto a varios extranjeros. El barquero nos explicó que el nombre del río, en vietnamita, era «río de los olores», debido a que cuando las flores de las orquídeas del norte del río caen al agua, exhalan una agradable fragancia.
Nuestro barco tenía dos dragones de madera en la proa. Vimos pagodas a las orillas del río, más tumbas de emperadores labradas primorosamente, los muros de la ciudad, además de la belleza de los campos y jardines. Al medio día tuvimos tiempo libre para comer un bol conteniendo fideos y verduras, y tras ello regresamos lentamente a nuestro punto de partida. Satisfecho por todo cuanto había admirado y aprendido, me marché de Hué al tercer día con destino a Hanoi y las tribus de las montañas por los alrededores de Sapa.