Profunda falla que se extiende de norte a sur en la zona oriental del continente africano, el Gran Valle del Rift se formó hace treinta millones de años y continúa expandiéndose en la actualidad. En realidad, su inicio se halla en el libanés valle de la Beqaa y finaliza su recorrido de unos seis mil kilómetros al norte de Mozambique. En su interior son habituales los lagos, algunos de los cuales, como el mar Muerto o el mar de Galilea, constituyen los puntos más bajos de la corteza terrestre. Otros, como el tanzano lago Manyara o la sucesión de lagos del Gran Valle del Rift en Kenia destacan por su gran biodiversidad. Los ecosistemas que contiene son variados, desde la selva a grandes extensiones de sabana, entre las que mencionar las existentes en lugares como Amboseli o Serengeti. Sobresalen también la zona de conservación de Ngorongoro, que incluye la caldera homónima; valles como Wadi Dana y el desértico Wadi Rum; y el monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África. Toda esta zona ha estado poblada por los humanos desde muy antiguo, como lo prueban las evidencias halladas en la garganta de Olduvai.