Empleé dos días en recorrer el patrimonio mundial español de Paisaje Cultural de Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria y dos días más para atravesar parte de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria. De hecho, es inevitable visitar estos dos sitios al unísono pues uno está contenido dentro del otro. Pero mientras Risco Caído abarca un 11% de la superficie de la isla, la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria ocupa alrededor del 45% de la misma.
Por otra parte, es de destacar que España es el país número 1 en reservas de la biosfera; cuenta con 53 de las 716 declaradas como tal por la UNESCO. Le sigue Rusia con 48, y México con 41. En cuarto lugar está China con 34.
Fue en el pueblo de Tejeda (uno de los más bonitos de España) donde acometí la visita de esta reserva de la biosfera. Ese mismo día, ya cayendo la noche, alcancé a pie la aldea de La Culata, y allí leí un letrero que decía:
‘Bienvenido a La Culata, Ecobarrio de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que acoge al turista rural invitándole a adentrarse en este maravilloso y silencioso paisaje.’
Y era cierto, tanto me cautivó ese paisaje con sus valles, montañas y naturaleza con fauna y flora autóctona (los pájaros canarios son endémicos de las islas Canarias), y ver faenar a los agricultores con sus aperos cultivando la tierra y sus almendros, que me quedé esa noche a dormir en una casa rural cenando en uno de sus restaurantes un típico plato de gofio escaldado (en vez de cuchara me servía el gofio con rodajas de cebolla, como es la tradición canaria), regado con un vaso de vino de la isla de Lanzarote.
A la mañana siguiente me dispuse a realizar senderismo hasta el famoso Roque Nublo, uno de los símbolos de la isla de Gran Canaria (del mismo modo que el volcán del Teide lo es de Tenerife), dentro de la Reserva de la Biosfera, pero por una serie de tribulaciones no lo pude culminar y tuve que posponerlo para días más tarde. Y cuando llegó el momento llegué en autostop al aparcamiento de la Degollada al Roque Nublo para iniciar la marcha.
Creí que sería uno de los pocos caminantes osados en desear llegar a esa roca icónica, pero ¡éramos centenares!
A la entrada al Roque Nublo había un letrero que decía:
‘Somos Biosfera. Somos Gran Canaria.’
Y se indicaba que había 1 kilómetro y medio hasta Roque Nublo a través de un sendero con algunas pendientes.
Me tomó unos 40 minutos llegar a ese lugar escénico. El Roque Nublo mide 80 metros desde su base, y se halla a unos 1810 metros sobre el nivel del mar. Una vez allí me senté sobre una piedra para recrearme por más de una hora de la visión de los valles y el follaje.
