Ginebra (Cantón de Ginebra, Suiza)
Estratégicamente ubicada entre la embocadura del río Ródano y el lago Leman, Ginebra es una ciudad suiza situada a los pies del macizo del Mont Blanc, del que se tienen buenas vistas desde lugares como el parque La Perle du Lac. Se tiene constancia de un poblado alóbroge en la zona al menos desde el siglo I a.C. A mediados de ese siglo fue conquistado por el mismísimo Julio César, quien lo ocupó y ordenó fortificarlo. Más adelante pasó a manos burgundias y francas, tras lo cual fue capital del reino de Borgoña y se integró en el Sacro Imperio Romano Germánico. A finales del siglo XVIII fue anexionada por Francia, para pasar a manos austriacas apenas quince años más tarde. Poco duró tal estatus, puesto que un año y unos meses después se integró definitivamente en la Confederación Helvética. Desde mediados del siglo XVI se acogió a la Reforma luterana. Fue entonces cuando Calvino comenzó a impartir su doctrina en la catedral, uno de los templos fundamentales de la iglesia luterana suiza. Está dedicada a San Pedro y fue construida en el siglo XII a partir de tres edificaciones religiosas que coexistían en el mismo lugar desde siglos atrás. En la actualidad, presenta un acusado eclecticismo que se pone de manifiesto en el neoclásico de su portada y tanto el gótico como el románico evidentes en la nave principal. Está rematada por tres torres, dos rectangulares en los laterales y una espira central que le fue añadida en el siglo XIX. Otras imágenes representativas de la ciudad son el Museo Voltaire, situado en la residencia ginebrina del filósofo; el Colegio Calvino, el instituto de enseñanza de secundaria más antiguo de Suiza; y el denominado Immeuble Clarté, obra temprana de Le Corbusier que fue declarada Patrimonio Mundial en 2016. Aunque, sin duda, la imagen más simbólica de esta población de unos doscientos mil habitantes es el Jet d’Eau, espectacular surtidor que eleva el agua del lago Leman hasta una altura aproximada de unos ciento cuarenta metros.