Gente islandesa
Debido a su tradicional aislamiento, los islandeses son un pueblo genéticamente muy homogéneo en comparación al resto de pueblos europeos. Generalmente, se considera que el primer habitante de Islandia fue el vikingo noruego Ingólfur Arnarson, quien se estableció con su familia durante la segunda mitad del siglo IX en un lugar al que denominó Reykjavík. Más o menos en la misma época, el también vikingo, en este caso sueco, Gardar Svavarsson había pisado la zona norte de la isla, por lo que algunos expertos dudan sobre quien fue el primer representante del pueblo islandés. Desde entonces, la población fue creciendo poco a poco, aunque nunca llegó a alcanzar niveles excesivos debido fundamentalmente a las condiciones climáticas del entorno. En la actualidad, el número de islandeses se calcula aproximadamente en medio millón de personas, de las cuales unas trescientas cincuenta mil viven en la propia Islandia y el resto se distribuye por diversos lugares del mundo, especialmente Canadá y Estados Unidos, donde están radicadas importantes minorías. Hablan un lenguaje que forma parte de las lenguas germánicas y está emparentado con los idiomas escandinavos. La mayoría de la población se declara cristiana, siendo un 84% miembros de la iglesia luterana. En cuanto a su cultura, juegan un papel importante las sagas, que describen eventos históricos y tienen bastante influencia en la música local. Mantienen asimismo algunas tradiciones del pasado, como la construcción de embarcaciones de casco trincado. Los islandeses se dedican a múltiples actividades, pero en su economía resulta de vital importancia la pesca, cuyos practicantes ocupan el nivel más alto del escalafón social.