Erigida a finales del siglo XI por encargo del entonces arzobispo de Salzburgo, Hohensalzburg es una de las fortificaciones medievales más grandes y mejor preservadas en Europa. Expandida durante los siglos siguientes, su aspecto actual corresponde al período bajomedieval, cuando fueron construidas diversas edificaciones en su interior y pasó a ser habitable. El responsable de este rediseño fue el arzobispo Leonhard von Keutschach, quien añadió en numerosos lugares la remolacha que aparecía en su escudo de armas. Situada sobre una colina que domina la ciudad a la que dio nombre, desde ella se tienen magníficas vistas del centro histórico plagado de edificaciones barrocas de la atractiva villa salzburguesa.