Ubicada sobre un promontorio en la localidad albaceteña de Liétor, la ermita de la Virgen de Belén pasaría desapercibida a los ojos del visitante si no fuera porque esconde un auténtico tesoro. Realizados en la primera mitad del siglo XVIII, los frescos que guarda en su interior están distribuidos por casi toda la superficie visible, representando numerosas escenas relacionadas con los Evangelios. De marcado carácter popular, su autor es anónimo aunque diversos expertos destacan la similitud de su trazo con el existente en algunas otras obras dispersas por la zona sur del Levante español. Por su parte, la edificación en sí fue construida probablemente en el siglo XVI y muestra una notable austeridad en su fábrica.