Presto para cumplir un cuarto de siglo próximamente, el Edificio Guggenheim bilbaíno es una obra del reputado arquitecto Frank O. Gehry, quien para su realización empleó diferentes materiales innovadores. Entre ellos el titanio, que da al conjunto un aspecto ciertamente futurista con claro predominio de las estructuras curvas. Presenta la edificación el aspecto de un barco si se visualiza desde el río, mientras que en una toma cenital se asemeja a la imagen de una flor. El interior impresiona bastante menos que su imagen exterior y en él escasean también las líneas rectas. Su superficie total es de unos veinticuatro mil metros cuadrados, de los cuales algo más de diez mil quinientos se dedican a albergar la colección permanente y las exposiciones temporales del Museo Guggenheim de Bilbao. Algunas de las obras, como la enigmática Mamá, se exponen también en la zona externa del edificio.