Echmiadzin (por Jorge Sánchez)
Echmiadzin está muy cerca de Erevan, a apenas 15 kilómetros de distancia, en Vagharshapat. Continuamente hay minibuses que hasta allí te transportan por unos pocos drams. Cuando, en la estación de autobuses de Erevan, pregunté cómo ir a Vagharshapat, los nativos adivinaron de inmediato que quería visitar la Catedral Madre de la Sagrada Etchmiadzin. De hecho iba camino de Gyumri, donde me quedaría varios días, pero como tenía que atravesar de todos modos Echmiadzin, decidí detenerme allí por unas horas, pues aunque ya conocía esa población de viajes anteriores, siempre es grato revisitar un lugar sagrado con la esperanza de adquirir baraka.
Por el camino se divisaba el Monte Ararat, sagrado para los armenios pero localizado en territorio turco. Como no hay fronteras abiertas entre Armenia y Turquía, para viajar a ese monte, tan cercano, los armenios se ven obligados a realizar un gran rodeo para entrar en Turquía, sea vía Georgia, o vía Irán. Echmiadzin es para los armenios como Roma para la mayoría de los cristianos, Jerusalén para los judíos, La Meca para los musulmanes, Bodh Gaya para los budistas, Benarés para los hindúes, Lalish para los yazidíes, Salt Lake City para los mormones, Amritsar para los sikhs, o Haifa para los bahais.
Penetré en el recinto de Echmiadzin y observé cómo la gente rezaba con vehemencia. Todo en su interior era armonioso, bello, inspiraba al recogimiento. Los hombres se sacaban el gorro para entrar y las mujeres se cubrían la cabeza con un pañuelo. En el exterior había tiendas que vendían pequeños khachkares como suvenires, entre otros objetos litúrgicos. Khachkar significa en armenio cruz de piedra y, en efecto, es una piedra de color rosado característica de ese país. Los khachkares son un arte en Armenia y simbolizan su fe.
Durante mi deambular por Echmiadzin noté que, de repente, todo el mundo se alteraba y miraba hacia un personaje de aspecto circunspecto y paso sereno que se dirigía hacia unas oficinas. Era el Katholikos, la máxima autoridad de la religión cristiana armenia.
Tras esa visita a Echmiadzin reanudé mi viaje con destino Gyumri. Al pasar cerca del Tsitsernakaberd, un monumento junto al Museo del Genocidio Armenio, hice instintivamente la señal de la cruz. Los amables armenios de mi autobús, al verme extranjero e interesado en los khachkares, pedían al chófer que parara cada vez que divisábamos alguno de dimensiones colosales, para así poder admirarlo mejor. Por desgracia, los miles de khachkares que se encuentran en territorio de países vecinos musulmanes (en especial Azerbaiyán y Turquía) están siendo sistemáticamente destruidos.