De origen volcánico, la isla de Dominica es la de creación más reciente entre las denominadas Pequeñas Antillas. Aún mantiene su actividad geotérmica, que se pone de manifiesto en lugares como Boiling Lake, el segundo lago de aguas termales más grande del mundo. Su interior está cubierto por un denso bosque lluvioso que almacena una extraordinaria biodiversidad, adecuadamente protegida en lugares como el Parque Nacional Morne Trois Pitons o el Parque Nacional Morne Diablotin, creado sobre el volcán homónimo y que constituye el punto culminante de las Pequeñas Antillas. A diferencia de otras islas de su entorno, el agua es habitual en Dominica, donde abundan los ríos y pueden verse cascadas tan atractivas como Trafalgar Falls o piscinas naturales tan atrayentes como Emerald Pool. Su superficie es de unos setecientos cincuenta kilómetros cuadrados y cuenta con unos setenta y cinco mil habitantes, radicados especialmente en las poblaciones de Portsmouth y Roseau, capital del estado independiente que forma la isla. En la localidad de Salybia y sus alrededores viven todavía unos tres mil descendientes de los originales pobladores de las islas caribeñas en el pasado. Dominica se diferencia también de otras islas vecinas por la huida del turismo de masas y el cuidado que ponen sus habitantes en la protección del medio ambiente, ofreciendo al visitante alojamientos tan sostenibles como Papillote Wilderness Retreat.
