En la plaza central de la localidad alentejana de Pavia, situada en el distrito de Évora, un dolmen convertido en capilla muestra un curioso ejemplo de sincretismo religioso. Consta de siete ortostatos graníticos, que superan los tres metros de altura y forman una cámara circular de más de cuatro metros de diámetro. Este megalito fue cristianizado ya en el siglo XVII, cuando se le añadió una puerta de acceso y una rudimentaria espadaña. Su interior cobija un sencillo altar decorado con los típicos azulejos lusos y dedicado a la advocación del santo titular, San Dionisio. El conjunto de dolmen y capilla fue declarado Monumento Nacional de Portugal a comienzos del siglo XX.