Resultado de diversas erupciones ocurridas hace unos dos mil trescientos años, los campos de lava de Dimmuborgir se formaron al pasar un río de lava sobre un lago existente en ese lugar. En contacto con el agua la lava se enfrió rápidamente, dando lugar a unas características formaciones rocosas que incluyen oquedades, arcos y pilares. Algunos de estos últimos llegan a medir diez metros, que debía ser la profundidad del antiguo lago. En diversas zonas su aspecto recuerda a los restos de un antiguo castillo, de ahí el nombre de Dimmuborgir, que se traduce como fortaleza oscura. En la cultura popular islandesa las cuevas de lava suelen servir como refugio a las criaturas conocidas como trolls y, según la tradición, en este lugar viven los trece hijos de Grýla y Leppalúði, que en las trece noches previas a Navidad salen uno a uno al exterior para aterrorizar a los locales con sus tretas.