Curaçao (Curaçao, Curaçao)
Colonizada por los españoles desde finales del siglo XV hasta la segunda década del siglo XVII, la actual isla de Curaçao era entonces conocida como isla de los Gigantes, al parecer debido a la considerable estatura de sus habitantes indígenas. Tanto éstos como los propios hispanos que quedaban en ella fueron expulsados en la primera mitad del siglo XVII, cuando una expedición neerlandesa se hizo con el territorio y estableció sus colonos allí. En la actualidad, continúa siendo uno de los territorios que forman parte del Reino de los Países Bajos, aunque goza de considerable autonomía. Geográficamente, Curaçao es una isla coralina, de aspecto alargado y unos cuatrocientos cincuenta kilómetros cuadrados de superficie. Su capital es Willemstad, una de las poblaciones más atractivas del Caribe, y es conocida especialmente por el famoso licor de naranja homónimo y sus renombradas fiestas de Carnaval. En la zona oeste de la isla se fundaron diversas plantaciones en el siglo XVII, dedicadas fundamentalmente al cultivo del algodón, el maíz y la caña de azúcar. Varias de ellas, como las denominadas Ascensión, San Juan, Savonet y Knip aún conservan restos de sus antiguas instalaciones, incluyendo sus casas coloniales.