Coro (por Jorge Sánchez)
Curiosamente Coro sería el primero de los 3 sitios UNESCO de Venezuela que visitaría. Y fue por casualidad. Había comprado en Caracas un billete de avión a las 3 islas ABC (Aruba, Bonaire y Curaçao), pero como tras la visita a estas tres islas quería ir a Colombia, pensé que era mejor que volara desde las ABC a Coro, que está más cerca de Colombia, que a Caracas. Y la compañía de aviación me cambió la vuelta a Coro sin coste adicional. Éramos sólo cuatro pasajeros en ese vuelo. En el año 1996, cuando visité Coro, su aeropuerto quedaba muy lejos de la ciudad, a unas 4 horas a pie, así que convine con los 3 pasajeros tomar juntos un taxi y compartir gastos. Sin embargo, en la actualidad existe un aeropuerto en la misma ciudad. Una vez en Coro me dediqué a recorrer la ciudad, que era pequeña, con menos población que mi pueblo Hospitalet de Llobregat, en España, por lo que se recorre pronto.
Coro, o Santa Ana de Coro, fue la primera capital de la actual Venezuela, antes de que se trasladara a Caracas. Me parecía estar en Andalucía, aunque esperaba que la parte española fuera más amplia. Pero no, se limitaba a unos pocos bloques. Vi la catedral reconstruida (había sido destruida por el siniestro pirata inglés Drake), más la Casa del Tesoro. Había un museo pero lo encontré cerrado, así que me paseé por sus calles empedradas, compré cirios a los párrocos de las iglesias y me bebí una cerveza Polar en una cafetería en la Plaza Simón Bolívar. Su arquitectura denota influencia española en primer lugar, pero también holandesa (por las islas holandesas vecinas ABC), mudéjar y hasta alemana, ya que nuestro emperador Carlos I cedió esta ciudad y alrededores, durante unos años, a una compañía banquera alemana para su explotación comercial. Coro no produce la impresión de Potosí, o Cartagena de Indias; es como una hermana menor de estas dos bellas ciudades españolas. Pero me alegro de haberla visitado, aunque sólo fueran unas 3 horas. Tras Coro me marché en autobús a la Guajira colombiana, vía Maracaibo.