Construcción en piedra seca
Técnica arquitectónica característica, pero no exclusiva, de los países mediterráneos, la construcción en piedra seca consiste en apilar piedras de diferente tamaño sin ningún nexo de unión entre las mismas. Cuando quedan huecos importantes entre ellas suelen rellenarse con arena seca, de ahí su denominación. Su origen es desconocido, aunque se remonta a tiempos pretéritos, como lo demuestra su utilización en asentamientos neolíticos. Lamentablemente, el uso de esta ancestral técnica constructiva ha ido quedando relegado ante la llegada de nuevos métodos de construcción y comienzan a escasear los artesanos. Aun así, sigue siendo evidente en zonas de Extremadura como la sierra de San Pedro, donde puede verse tanto en paredes utilizadas para la delimitación de fincas como en antiguas zahúrdas, algunas realizadas hace siglos y todavía en uso; en las comarcas aragonesas del Serrablo y del Alto Gállego; en las sierras andaluzas de Cazorla y Aracena; en diversas zonas de la Sierra Norte madrileña; en la comarca del Maestrazgo; en el valle de Arán; en el municipio murciano de Aledo; en el lado gallego de Los Ancares; en el interior de Cantabria; o en islas como Menorca. Asimismo, está presente en otros países mediterráneos como Chipre, donde abunda en los alrededores de los denominados pueblos del vino; Portugal, donde era habitual en la construcción de chozos en el Alentejo; o la comarca italiana de Cinque Terre, donde se utiliza en la construcción de muros para la sustentación de terrazas agrícolas.