Concatedral de Santa María la Mayor (Mérida, Extremadura)
Establecida en el lugar que anteriormente ocupaba la visigoda Catedral de Santa María de Jerusalén, la concatedral de Santa María la Mayor se asoma a una esquina de la plaza de España emeritense. El templo data de la primera mitad del siglo XIII, una vez que la población fue reconquistada gracias a la intervención de Alfonso IX de León. La que entonces era una simple capilla dedicada a Santa María fue ampliada a finales del siglo XV, dando lugar a la vistosa construcción actual. Constituida desde entonces como Iglesia Mayor de Mérida, se convirtió en concatedral a finales del siglo XX al formarse la diócesis de Mérida-Badajoz, asignándose la sede catedralicia a la catedral pacense. La iglesia es de planta rectangular, formada por tres naves yuxtapuestas con la central de doble anchura que las laterales. Se accede al interior a través de tres portadas, entre las que destaca la Portada de la Guía, rematada en su parte superior por una capilla que contiene una imagen del siglo XVII de la Virgen homónima. El campanario se eleva sobre la denominada Portada del Perdón y, al contrario que la mayor parte del templo, está encalado. Afirma una leyenda que el perdido Tesoro del Templo de Jerusalén fue depositado en el interior de su versión anterior por el califa andalusí al-Isban, quien habría participado en su saqueo junto al rey babilonio Nabucodonosor.