Constituida al unirse tres localidades a comienzos del siglo V a.C. en la isla homónima, la actual Ciudad de Rodas sufrió los efectos de un devastador terremoto dos siglos más tarde, que provocó una gran destrucción y acabó con la famosa estatua del Coloso. Reconstruida de nuevo, fue posteriormente asaltada y, tras un nuevo seísmo ya en el siglo VI, quedó confinada al espacio donde más adelante se construyó una ciudadela por parte de la Orden de Malta. Ese espacio constituye el centro histórico de la localidad, que se encuentra en un magnífico estado de conservación. Sobre una colina cercana se hallan los restos de la antigua polis, entre los que destaca un templo dedicado a Apolo. Aproximadamente cincuenta mil habitantes residen en una población que sobresale también por su excelente gastronomía, basada en la dieta mediterránea.