Localizada en el lugar donde anteriormente estuvo situada la mezquita principal de la ciudad, la catedral de Murcia empezó a ser construida en el siglo XV aunque las obras se prolongaron en el tiempo. Debido a ello, ofrece una amalgama de estilos que van del gótico original al neoclásico, pasando por el renacentista y el barroco. Muestra alguna de las imágenes más características de la ciudad murciana, como su fachada principal o imafronte, construida en el siglo XVIII para reemplazar a una anterior y cuya monumentalidad la asemeja a un auténtico retablo en piedra. También hay que mencionar su campanario, que se ve casi desde cualquier punto de la población y cuyos noventa y tres metros de altura lo convierten en el tercero más alto de España. En el interior destaca la capilla de los Vélez, de exuberante decoración. Como dato curioso, esta catedral dedicada a Santa María sirve como sede de la diócesis de Cartagena, a pesar de encontrarse en pleno centro de Murcia.