Considerada la más grande del mundo, la catedral de Santa María de la Sede ocupa el lugar donde anteriormente se situaba la mezquita mayor de Sevilla. Conserva algunos elementos de ésta, especialmente el denominado Patio de los Naranjos y lo que fue su minarete, extraordinaria torre de más de cien metros de altura a la que se conoce como Giralda y que fue reconvertida en campanario. La edificación del templo comenzó en las primeras décadas del siglo XV y duró aproximadamente un siglo, aunque se fueron realizando diferentes mejoras posteriormente, incluso en la época actual. El estilo mayoritario es el gótico, aunque también incluye elementos renacentistas, barrocos, neoclásicos e incluso neogóticos, que le fueron añadidos en el siglo XIX. Una decena de puertas dan acceso a su interior, que consta de cinco naves distribuidas en una planta rectangular correspondiente a la de la antigua mezquita. Numerosas capillas se alinean en los laterales, conteniendo obras de arte de incalculable valor. Entre los personajes que en ella están enterrados hay que mencionar a Cristóbal Colón y los monarcas castellanos Pedro I el Cruel, Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio.