Catedral de San Vito, San Wenceslao y San Adalberto (Praga, República Checa)
Perfectamente integrada en el interior del castillo de Praga, la catedral de San Vito, San Wenceslao y San Adalberto fue construida a partir de mediados del siglo XIV. Inicialmente dedicada a la advocación de Vito de Lucania, ya a finales del siglo XX se le añadió la de Wenceslao I de Bohemia y Adalberto de Praga. De su diseño se encargó Matías de Arras, quien se inspiró en el gótico francés, hecho evidente tanto en el interior como en el exterior del edificio. Atacada por los husitas en el siglo XV y los calvinistas dos siglos más tarde, el templo siempre ha mantenido su tradición católica a pesar de ser propiedad del Estado desde su creación. En su interior fueron coronados todos los reyes de Bohemia, varios de los cuales también fueron enterrados en este lugar. Tiene una planta de tres naves con transepto, rematadas todas ellas con bóveda de crucería. En su interior destacan la capilla de San Wenceslao, gótica, y el Panteón Real, así como la sepultura de San Juan Nepomucemo, realizada en plata. En el exterior sobresale la magnífica Puerta Dorada, así denominada debido al mosaico del Juicio Final mostrado en ella. Sus dimensiones son de ciento veinticinco metros de largo por sesenta metros de ancho y su torre principal se eleva hasta los ciento dos metros de altura.