Destacado ejemplo de transición del románico al gótico, la catedral de Orense fue construida a caballo entre los siglos XII y XIII. Está dedicada a la advocación de San Martín de Tours, tal y como sucedía con la catedral anterior, un templo de origen suevo hoy día desaparecido. Consta de tres naves, distribuidas a lo largo de una planta de cruz latina con unos ochenta metros de largo. Varias portadas permiten el acceso a su interior, alguna de ellas ornamentada bajo la influencia del Maestro Mateo, claramente expresada en el denominado Pórtico del Paraíso. Tres torres, de diferentes líneas y una de ellas inacabada, la culminan. Un cimborrio octogonal, que se eleva hasta casi treinta metros de altura, constituye el elemento más sobresaliente del conjunto. Le fue añadido al templo a comienzos del siglo XVI y muestra una bóveda estrellada típicamente gótica.