Catedral de la Asunción y de San Frutos (Segovia, Castilla y León)
Popularmente conocida como la dama de las catedrales, la catedral de Segovia empezó a ser construida en la primera mitad del siglo XVI según diseño del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón. Aunque los parámetros renacentistas estaban ya plenamente impuestos en Europa en esa época, el templo resultante es puramente gótico, siendo uno de los últimos ejemplos de este estilo arquitectónico. Consta de tres naves y crucero, rematado éste por una cúpula que le fue añadida ya en el siglo XVII. Sus bóvedas de crucería se elevan treinta metros sobre el suelo y las dimensiones totales superan los cien metros de longitud y los cincuenta de anchura. Está dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la Asunción y el santo segoviano San Frutos y contiene numerosas obras de arte, entre las que hay que mencionar retablos de Churriguera y Juan de Juni, esculturas de Gregorio Fernández y Berruguete y pinturas de Sánchez Coello y Ambrosius Benson. Destacan también sus extraordinarias vidrieras, que conforman uno de los más amplios conjuntos existentes en España.