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Más conocida como Seu Nova, para diferenciarla de la Seu Vella, la leridana Catedral de la Asunción fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII a instancias del monarca Carlos III. Aunque las obras fueron asignadas al arquitecto militar Pedro Martín Cermeño, el encargado de finalizarlas fue Francesco Sabatini, autor de la famosa Puerta de Alcalá y uno de los responsables del Palacio Real madrileño. Diseñada en estilo barroco con influencias del Neoclásico que comenzaba a imponerse en la época, consta de tres naves de la misma altura, siguiendo el tradicional modelo de planta de salón. La fachada muestra tres arcos de medio punto simulando un pórtico que recuerda las logias renacentistas italianas. Dos torres se elevan en sus laterales y una balaustrada precede al conjunto. En su interior se guarda la denominada Verge del Blau, imagen de la Virgen que muestra un hematoma en su rostro, producido, según la leyenda, por un martillo lanzado por su propio escultor al no sentirse satisfecho con el resultado final de la obra.