El interior de la alcazaba almeriense guarda diversos secretos y uno de los mejor guardados es su castillo. Situado en uno de los extremos del recinto fue edificado a finales del siglo XV por orden de los Reyes Católicos, sobre lo que había sido un alcázar musulmán. Las obras se dieron por concluidas ya en la primera mitad del siglo XVI, bajo el reinado de Carlos I. Se estructura en torno a un coqueto patio de armas, alrededor del cual se sitúan tres torres, denominadas Torre de la Noria del Viento, Torre de la Pólvora y Torre del Homenaje. Las dos primeras tienen planta circular y se utilizaban para diversas funciones, entre otras como almacén de explosivos. La última tiene planta cuadrada y su uso era residencial. En el patio de armas se conservan también un aljibe y otra construcción que servía como mazmorra.