Ubicado en el punto más elevado de esta población albaceteña, el castillo de Alcalá del Júcar es de origen almohade. Fue construido probablemente en el siglo XII y pasó a manos cristianas en la segunda década del siglo XIII, al hacerse con el control de esta zona el rey Alfonso VIII de Castilla. Sobresale una torre de planta pentagonal, que se eleva más de veinte metros sobre la hoz que forma el río Júcar en ese punto y está acompañada por dos torres circulares de menor tamaño en sus laterales. A sus pies se extiende la población que se desarrolló posteriormente y a la que da nombre. Una leyenda local refiere a una princesa, de nombre Zulema, que se lanzó al vacío desde lo alto de la fortaleza debido a un amor no correspondido.