Casas Horta (por Jorge Sánchez)
Bruselas es una ciudad hermosa llena de historia relacionada con España; uno se siente allí en casa, desde la bella estatua dedicada a Don Quijote y Sancho Panza (copia de la de la Plaza España en Madrid), al busto del Emperador Carlos V en un palacio (La Maison du Roi) de la Grand Place, más las cafeterías con nombres de nuestros reyes y príncipes de la dinastía Habsburgo. Una vez vistas estas atracciones turísticas, a las que añadí los dibujos de Tintín por las calles, me dediqué a conocer los edificios construidos por el arquitecto Víctor Horta, el pionero del Modernismo.
Comencé por el Hotel van Eetvelde, que diseñó a finales del siglo XIX. Media hora antes de que lo abrieran ya esperábamos en la calle media docena de extranjeros, incluida una chica coreana. El ingreso era gratuito e incluso nos proporcionaron un guía para explicarnos cada rincón del edificio (también de manera gratuita) durante unos 40 minutos. Todos los visitantes nos sentíamos en el séptimo cielo, aquello era maravilloso. Nos gustaron en especial las hermosas cristaleras. A mí me recordó a la Casa Batlló en Barcelona, reformada por el arquitecto tarraconense Antonio Gaudí (su creador fue el arquitecto Emilio Sala). El único inconveniente era que no se podían tomar fotografías, por lo que aquí sólo muestro las del exterior del edificio. Este edificio es hoy sede de una compañía de gas (había gente trabajando en su interior que se mostraron indiferentes con los turistas que pasábamos por allí; ellos iban a lo suyo, a trabajar).
La segunda visita relacionada con Víctor Horta fue a su museo y su taller. Pero allí la entrada era de pago ¡y muy cara! Ya no tuve tiempo para visitar otras obras de Víctor Horta en Bruselas, pues debía regresar a mi pueblo Hospitalet de Llobregat, en mi querida España.