Canal de Corinto (Periferia del Peloponeso, Grecia)
La idea de evitar a los barcos el hecho de rodear la península del Peloponeso conectando el golfo de Corinto con el mar Egeo es tan antigua que ya Periandro intentó ponerla en práctica en el siglo VII a.C. A pesar de que fracasó en el intento, al igual que hizo Nerón casi un milenio después, dejaron sentadas las bases de lo que sería el actual canal. Éste tuvo que esperar hasta finales del siglo XIX, cuando fue finalmente construido según el proyecto del empresario Ferdinand de Lesseps, que años atrás había sido el responsable del canal de Suez y también intentaría hacerlo con el canal de Panamá, aunque sin éxito. Con una longitud de algo más de seis kilómetros y una anchura de veintiún metros, que solo permite el paso a barcos de escaso calado, el canal de Corinto evita dar un rodeo de aproximadamente cuatrocientos kilómetros a sus numerosos usuarios. A ojos del visitante, asemeja ser un profundo tajo que corta en dos el estrecho istmo de Corinto convirtiendo en isla a la antigua península del Peloponeso.