Cáceres (Municipio de Cáceres, Extremadura)
Los orígenes de la población de Cáceres se remontan a la Prehistoria, concretamente al Paleolítico Superior. De esa época datan las pinturas rupestres halladas en la cueva de Maltravieso, que están consideradas como unas de las más antiguas de las que se tiene constancia. Más adelante, los romanos fundaron en ese mismo lugar la colonia conocida como Norba Caesarina, que quedó sumida en el abandono con la llegada de los visigodos. Tras varios siglos de oscuridad, los musulmanes volvieron a repoblar la zona en el siglo XII, llamándola ḥiṣn Qāṣras, que pasó definitivamente a manos cristianas durante la primera mitad del siglo XIII. Entre los siglos XV y XVII la villa floreció, construyéndose muchos palacios, torres e iglesias que se mantienen en un excelente estado de conservación dentro del recinto intramuros. Estructurado en torno a la plaza de Santa María y la plaza de San Jorge, éste ofrece edificaciones tan emblemáticas como el palacio de los Golfines de Abajo, la casa de las Veletas, la torre de Sande, la casa de las Cigüeñas, la torre de Bujaco, el arco de la Estrella, la concatedral de Santa María o la iglesia de San Francisco Javier. En la parte exterior de la muralla se localiza la zona extramuros, más moderna y menos coherente en su desarrollo pero donde no faltan puntos de interés. Entre ellos sobresalen la Plaza Mayor, la iglesia de Santiago y el paseo de Cánovas. Ambos conforman una población histórica, atractiva, tranquila y amable, que no suele dejar indiferente al visitante y en la que también hay que mencionar una gastronomía que respeta los parámetros de la dieta mediterránea.