Considerado el árbol más representativo de África, el baobab congrega numerosas leyendas en torno a su inabarcable tronco, que en ocasiones puede alcanzar cuarenta metros de circunferencia. De este árbol se asegura que puede llegar a vivir cinco mil años, y en algunos lugares de Senegal está tan fuertemente entroncado con las tradiciones animistas que está muy arraigada la creencia de que los espíritus habitan en el interior de los ejemplares maduros, desde donde pueden sanar enfermedades o incluso librar del mal de ojo. En la región de Thiès existen numerosos ejemplares, algunos de ellos centenarios, que se concentran en el localmente conocido como bosque de baobabs.