Basílica de San Isidoro (León, Castilla y León)
Extraordinaria obra románica edificada posiblemente sobre un templo romano, la basílica de San Isidoro comenzó a construirse en la segunda mitad del siglo X junto a la muralla que rodeaba la actual ciudad de León. En esa época era un monasterio bajo la advocación de San Pelayo, hasta que, aproximadamente un siglo más tarde, se cambió la titularidad a San Isidoro debido al traslado de sus restos a este lugar. Durante el siglo XII se amplió el templo, pasando a adquirir el aspecto que presenta en la actualidad. Consta éste de tres naves, la central rematada por bóveda de cañón y las laterales por bóveda de arista. Presenta dos portadas románicas, la del Perdón y la del Cordero, coronada esta última por un magnífico tímpano que representa el sacrificio de Isaac. Junto a la iglesia se halla el panteón de los reyes de León, donde se encuentran enterrados una docena de monarcas del reino leonés y cuyos muros están decorados por unos espectaculares frescos del siglo XII a los que algunos denominan la Capilla Sixtina del Románico español.