Considerada la iglesia románica de mayores dimensiones que existe, la basílica de Saint-Sernin es el segundo templo más antiguo de Francia tras la abadía de Cluny. Fue edificada en el siglo XI sobre el sitio que ocupaba una capilla bastante anterior en el centro de la localidad gala de Toulouse. Su interior mide unos ciento quince metros de longitud y más de veinte de anchura, mientras que su característico campanario octogonal se eleva hasta casi sesenta y cinco metros, proporciones todas ellas descomunales para un templo románico. Está dedicada a San Saturnino, obispo local que sufrió martirio y cuyos restos se encuentran depositados en este lugar.