Compuesto por una veintena de calles, que albergan en su interior más de dos centenares de portadas adinteladas, el barrio gótico de Valencia de Alcántara deja constancia de lo que era esta villa extremeña allá por el siglo XV. En aquella época estaba emplazado en el interior del recinto amurallado de la población, fortificada a partir de su castillo y a la que desde el sur se accedía a través del denominado Puente de Abajo. La única puerta que se ha conservado de las tres que llegó a tener la muralla es la conocida como Puerta de las Huertas. Junto al castillo se sitúa la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, la que acogía a más fieles en la localidad en esa época. Aunque algunos autores aplican a este lugar el calificativo de judío, parece casi seguro que éstos fueran una minoría con respecto a los cristianos e incluso a los moriscos y la edificación denominada La Sinagoga es improbable que fuera dedicada a esta función. Aun así, un paseo por estas calles retrotrae sin duda alguna a lo que debió ser la villa valenciana a finales del medievo, hecho que sus habitantes actuales recuerdan cada primer fin de semana de agosto en la popular celebración conocida como Boda Regia. Destacan también los numerosos blasones que pueden verse en las fachadas de lo que fueron casas solariegas construidas por las familias pudientes de la época.