De origen presumiblemente romano, la población jiennense de Baeza cambió de manos en diversas ocasiones durante la dominación musulmana hasta ser reconquistada definitivamente en la primera mitad del siglo XIII por Fernando III el Santo. Pero no fue hasta los siglos XV y XVI cuando vivió un periodo relevante, otorgado por el desarrollo que alcanzó su economía en esa época. Entonces se construyeron numerosas edificaciones notables en la ciudad, entre las que han perdurado algunas como el palacio de Jabalquinto o el magnífico Ayuntamiento. Otras notorias muestras de arquitectura civil pueden verse en la plaza del Pópulo, que incluye la denominada fuente de los Leones, popularmente considerada romana aunque es probable que su origen sea musulmán. Entre la arquitectura religiosa baezana hay que mencionar la catedral de la Natividad de Nuestra Señora, edificada sobre la antigua mezquita, y la iglesia de la Santa Cruz, de estilo románico.