Arte en la estepa
A pesar de que en la actualidad sus visitantes sean mayoritariamente serpientes y algún que otro turista despistado, el espacio conocido como Tamgaly debió de ser muy frecuentado durante los aproximadamente tres milenios que van de la Edad del Bronce a la Edad Media. Al menos eso es lo que se desprende de los numerosos restos hallados en la zona, desde un vasto conjunto de petroglifos que comprende varios miles de ejemplares distribuidos en diversos grupos hasta numerosos enterramientos y otras trazas que demuestran la habitual presencia del ser humano en este lugar durante diferentes épocas. No es de extrañar por consiguiente que su denominación actual se traduzca como sitio pintado o grabado.
Tamgaly está situado a unas dos horas en coche de la ciudad de Almaty y fue descubierto hace unos cincuenta años por la arqueóloga Anna Maksimova, que comenzó a estudiar los numerosos vestigios encontrados. El yacimiento se encuentra a cerca de mil metros de altura en las estribaciones de las montañas Chu-Ili, rodeado por la inmensa estepa kazaja. Es conocida la presencia de agua en este lugar y probablemente debido a ello fuera tradicionalmente usado como asentamiento temporal por los nómadas que habitaban la zona. En la actualidad sigue siendo un sitio considerablemente remoto y alejado, pero aún se ven rebaños de ganado en las inmediaciones como tuve oportunidad de comprobar a finales de junio de 2014.
La mayor parte de los petroglifos se concentran en un desfiladero con una longitud de aproximadamente un kilómetro y una profundidad máxima de cien metros. Están distribuidos en cinco grupos principales y muestran representaciones de animales y seres humanos en diversas situaciones, incluyendo algunas escenas de caza. También son habituales las figuraciones de brujos o chamanes, formas humanas participando en danzas o extraños rituales e incluso actos de índole sexual. Entre las diferentes imágenes que alberga Tamgaly las más insólitas son unas figuras cuya cabeza asemeja ser el astro solar, de las cuales se han hallado aproximadamente una treintena y que han llevado a los investigadores a pensar que en este lugar se practicaban ritos de culto al sol.
Al parecer las numerosas obras de arte contenidas en este auténtico museo al aire libre fueron llevadas a cabo durante cinco periodos. La mayoría de los contenidos en el cañón principal fueron grabados en el Bronce Medio y el repertorio es muy diverso, abarcando la mayoría de las escenas de culto, los brujos y las cabezas solares. Durante el Bronce Final se añadieron entre otros unos extraños caballos con cuernos. Ya en la Edad del Hierro las imágenes fueron efectuadas en el área circundante e incluyen escenas de caza fundamentalmente. La Edad Media dio lugar a la aparición de nuevos motivos, como caza con halcones o representaciones de camellos. Finalmente, durante la Edad Moderna aparecieron inscripciones en texto.
Como suele ser habitual en estos casos, la auténtica finalidad de estos petroglifos es desconocida y probablemente variara con el tiempo. Es posible que este lugar constituyera una especie de santuario donde se efectuaran ceremonias relacionadas con el culto a los astros, la fertilidad o la caza, pero no se han hallado otras evidencias que las imágenes en sí mismas. Tampoco está claro que aquí hubiera un asentamiento humano permanente, aunque dada la tradición nómada de los pueblos de la zona es posible que se establecieran temporalmente en los alrededores. La que sí parece clara es la devoción que sentían por este sitio sus creadores, a tenor de los numerosos enterramientos encontrados aquí. Mientras los visitaba hube de tener cuidado con no pisar una serpiente, no fuera a terminar mis días en Tamgaly como lo hicieron algunos de aquellos artistas prehistóricos.
Muy interesante Floren. Era un sitio acotado y vigilado o simplemente están ahí y se pueden visitar libremente? me ha recordado a Twiffelfontein en Namibia. Yo lo visite en 1998 y luego lo metieron en la lista PdH de la UNESCO
Hay un par de guardas, pero se puede entrar libremente sin pagar. Los guardas están un poco para vigilar el sitio y también te sirven de guía por la voluntad si quieres. El problema es que solo hablan kazajo y ruso, pero al menos te llevan a los sitios donde están los mejores petroglifos, con lo que ahorras tiempo que, con el calor que hace en la zona, resulta conveniente. Por cierto, también llevan un palo que al principio creía que era una especie de bastón pero luego caí en la cuente de que su funcionalidad real era la de mantener a raya las serpientes. 🙂
Muchas gracias por tu aportación.