Reflejando como un espejo el espeso bosque de coníferas circundante, el lago de los Alpes extiende su pequeña superficie en una zona de aspecto impoluto. Tan atractivo resultaba ya en el siglo XIX que diversos reyes bávaros, poseídos por el impulso romántico tan de moda en la época, construyeron sus castillos con vistas a este hermoso lago cercano a la localidad germana de Füssen. Aunque hoy día es un destino turístico de relevancia, el localmente conocido como Alpsee mantiene su privilegiado entorno natural muy poco o nada alterado por la mano del hombre. Diversos recorridos por sus proximidades aseguran al visitante imágenes de inigualable belleza así como el disfrute de una naturaleza prácticamente virgen.