Alhambra, Generalife y Albaicín (Granada, Andalucía)
Mundialmente reconocida como uno de los puntos calientes del arte islámico, la Alhambra surgió como una ciudadela erigida sobre la granadina colina de la Sabika en la segunda mitad del siglo XIII. Su impulsor fue Muhammad ibn Nasr, el fundador de la dinastía nazarí, a quien se conocía como al-Hamra, traducido como el Rojo, por el color de su barba. Su apodo acabó dando nombre al recinto palaciego constituido más adelante, especialmente a mediados del siglo XIV. Fue entonces cuando se construyeron el patio de los Arrayanes y el de los Leones, que incluye la famosa fuente homónima, durante el reinado de Yusuf I y Muhammad V. Unas décadas antes, a finales del siglo XIII o comienzos del siglo XIV, Muhammad III había ordenado la construcción del Generalife, Yannat al-Arif en su denominación original, como una suerte de almunia en la vecindad. El núcleo de este palacete de verano lo constituía su jardín, creado según los cánones del chahar bagh, modelo de jardín persa con cuatro parterres que representan las estaciones del año. También en época nazarí y sobre una colina cercana se fue desarrollando un arrabal que con el tiempo dio lugar al Albaicín, término cuyo significado parece ser barrio alto. Las reminiscencias andalusíes son constantes cuando se pasea por sus calles, desde el trazado del barrio en sí a monumentos como el palacio Dar al-Horra o la puerta de Fajalauza. El Albaicín comparte protagonismo con la Alhambra y el Generalife como núcleo original de la ciudad de Granada.