Alcazaba de Mérida (Mérida, Extremadura)
De planta prácticamente cuadrada y más de medio kilómetro de perímetro, la alcazaba de Mérida es la fortificación musulmana más antigua que se conserva en España. Fue encargada por Abderramán II en la primera mitad del siglo IX, con el fin de controlar las revueltas provocadas por los emeritenses de entonces. Está alineada por uno de sus lados con el río Guadiana y sus muros tienen un grosor de cerca de tres metros, elevándose unos diez. Para su construcción se reusaron sillares de antiguas obras romanas y visigodas, abundantes en la localidad. El acceso al interior del recinto se realizaba a través de una barbacana popularmente conocida como alcazarejo. En su interior se conserva un aljibe, que almacenaba el agua procedente del río por filtración. Existen también restos de una calzada que era parte del Decumanus Maximus de la población, así como parte de la muralla que rodeaba Augusta Emerita. Tras ser conquistada por los cristianos en la primera mitad del siglo XIII, fue acondicionada por la Orden de Santiago. En su interior se instaló la Casa de la Orden y la Encomienda, que en el siglo XVI pasó a ser la sede del Priorato de San Marcos de León. En la actualidad, esa misma construcción alberga la Presidencia de la Junta de Extremadura.