También conocido como Rabo de Buey, el acueducto de San Lázaro fue el de mayor longitud entre los construidos en Augusta Emerita. Sus fuentes se encontraban aproximadamente a cinco kilómetros al norte de la población y la mayor parte de la conducción circulaba bajo tierra. Debe su nombre a una antigua ermita situada en sus inmediaciones y su fecha de construcción es desconocida, conservándose tan solo tres pilares que se encontrarían unidos entre ellos por arcos de medio punto. Este acueducto primigenio se hallaba en mal estado ya en el siglo XVI y fue en esa época cuando se decidió construir uno nuevo reutilizando parte de los materiales y siguiendo el trazado existente. El tramo de arquería edificado entonces para salvar el vado del río Albarregas se encuentra en perfecto estado en la actualidad y puede verse junto a los restos del anterior al noreste de la ciudad de Mérida.