Uno de los lugares más visitados de Irlanda, los acantilados de Moher están situados en el condado de Clare, al suroeste de la conocida como isla esmeralda. Considerados por los geólogos las estructuras rocosas más antiguas en territorio irlandés, están formados por capas de esquisto y roca arenisca. Se extienden a lo largo de varios kilómetros, superando el centenar de metros de altura en muchas zonas. En su punto culminante llegan a alcanzar los doscientos quince metros cerca de la torre O’Brien, construida en la primera mitad del siglo XIX por el empresario del mismo nombre para ser usada como mirador, con el fin de atraer turistas a este lugar.